Porque llevamos mucho tiempo sin hablar de vino.
Igual que ocurre "ahí fuera", el vino, en este guiso, es sólo un acompañamiento. Que nos hace pensar, que nos coloca un poco, pero que sólo "ingerimos" de vez en cuando, en pocas dosis. Si no nadie leería esto.
Tal y como está la discusión contra/pro vino, y tras ardúas investigaciones he llegado a la verdad: el vino tiene alcohol; el vino tiene menos alcohol que los licores y otras "bebidas". Todo lo que no sea eso, seguro que no es verdad.
Por tanto, coloca menos que otras cosas; por tanto, coloca. Como les pasa a los renos de Siberia cuando ingieren Amanita muscaria; o a las cabras que toman bayas de la planta del café para excitarse, o "khat", con propiedades euforizantes; los petirrojos comen frutos de acebo que les embriagan; los koalas, hojas de eucalipto, que tienen efecto narcótico y relajante; los jabalíes, puercoespines o gorilas del Congo escarban para encontrar las raíces alucinógenas de la "iboga". Incluso algunos resultan perjudicados, como algunos elefantes de África que toman frutos que fermentan rápidos y producen un ¡¡7% de alcohol!! que los puede convertir en peligrosos.
Es sólo un acompañamiento. Porque nada te puede colocar más que un solomillo sobre tosta de pasas, eso sí, bien acompañado. Para eso me hice caso a mí mismo en lo de no acomodarme y por fin probé uno de maceración carbónica, Ágora 2005 de Valdepeñas; distinto, algo empalagoso, pero no por dulce; como las tartas de fresa sin nata, como los riquísimos physalis bañados en chocolate; otra forma de beber tempranillo; además, tiene poca pegada; quizá porque nada te deja mejor que un pequeño solomillo sobre tosta de pasas con champiñón dulce crujiente y crema de uvas.
Y cuando digo nada quiero decir, ... casi nada.
Me ha gustado esta entrada, mucho...
ResponderEliminarjejeje, y eso que el vino no me gusta, ( acaro lo sabe )...
saludos!
En realidad, el vino es casi lo de menos; es una excusa como otra cualquiera para hablar de... bueno, no estoy seguro, pero creo que de eso que nos gusta sea beber, comer, pensar o mirar.
ResponderEliminarToda la vida haciendo vino en casa y nunca me había planteado nada de esto...será que la neurona, aunque intento escuchar a Mozart, no da para más. Lo más curioso es que pensaba que los vinos me sabían a polvos, y resulta que es madera. Debe ser que nos hacemos mayores, y nuestros sentidos se están atrofiando, todos. De todos modos, seguiré bebiendo mi vinito de pitarra...todo natural, fermentado en barro y conservado en cristal...toda una delicia.
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