Quedan pocas entregas (visto que no me hago con el blog ;-( sólo volveré esporádicamente para comentar algunos breves detalles sobre comer y beber bien, más que bien, sin ortorexia, que para eso se me contrató!) y estoy confuso:
No sé si llegaré a saber cómo funciona todo esto. Hay tantas rarezas y con nombres tan raros... acinetopsia (v. "house" hace dos martes, aunque no la llamaron por su nombre) por la que no podemos ver el movimiento de los objetos (¡¡no se puede ni llenar un vaso de agua!); anosognosia, que negamos nuestra propia parálisis; sinestesia, por la que oímos los colores o tocamos los olores; acromatopsia, que nos impide distinguir los colores; agnosia o prosopagnosia que nos incapacita para reconocer caras familiares u objetos cotidianos (¡¡Parece que aún quedan capítulos de "house"!)
Por no hablar de la amnesia, por culpa de la cual tenemos que adquirir floridos objetos que enganchar a los aparatitos para que no se nos pierdan (v. abajo); el (esto no acaba en "osia") "síndrome de negligencia", por el que no "vemos" y/o descuidamos todo lo que afecta a una parte de nuestro entorno, hasta el extremo de comer sólo la parte derecha del plato, afeitarte sólo un lado o dibujar un reloj sólo con la mitad derecha de los números; o la lesión dorsolateral, que produce el "síndrome de perseverancia" por el que los afectados perseveran en una determinada conducta, incapaces de cambiarla. Si se les dice que pinten un círculo y luego una cruz, seguirán pintando el círculo, como si no pudiesen cambiar de "programa".
Seguro que conocemos mucha gente con síntomas de algo de esto (y creíamos que eran normales!). Veremos (en la 2ª parte) que también somos capaces de poseer "superpoderes", pero, por ahora, falta por conocer (y ponerle nombre, claro) cuál es ese síndrome, más evidente cuanto más conocemos de nuestro cerebro, que aqueja tanto y por el que, primero tomamos una decisión y luego la "pensamos" o, más bien, intentamos justificarla (cuando podríamos hacerlo al revés). De momento, descartaremos el "lupus"...
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