Lo que vemos en las imágenes es un curioso dispositivo con un tamaño parecido a muchas memorias USB que encontramos en el mercado, pero en la que han metido tal cantidad de cosas que es difícil de creer que el gadget funciona.
Cotton Candy, que es como se llama el dispositivo de FXI, tiene en su interior el mismo procesador de doble núcleo que usa el Samsung Galaxy S2, el Exynos 4210 a 1.2GHz, con su GPU ARM Mali 400. Con él, y alguna cosilla más, se las apaña para poder ejecutar el sistema operativo Android (Gingerbread).
Si tenemos una pantalla grande con entrada HDMI, y un puerto USB del que tomar alimentación, ya tenemos un dispositivo con el sistema operativo de Google, plenamente operativo, y con potencia para acometer muchas tareas, la menos sobre el papel.
Los creadores de este singular artilugio son los noruegos de FXI technologies, y sabedores de que nos falta la forma de controlarlo, han incluido conectividad Bluetooth para conectar ratón o teclado. Tenemos también conectividad WiFi, e incluso una ranura para tarjetas microSD.
La siguiente alternativa es conectar a Cotton Candy a nuestro portátil a través del USB y empezar a ejecutar Android en él en cuestión de unos segundos, tirando del ratón y teclado de nuestro portátil. Un ejemplo: se puede jugar a Angry Birds en un MacBook Air con el trackpad multitáctil.
El problema del sistema es que necesita de aplicaciones dedicadas, ya que muchas de las que se ofertan en Android Market necesitan de las funcionalidades de un teléfono, y lógicamente de la pantalla táctil. FXI abrirá un espacio para que desarrolladores creen sus aplicaciones.
Cotton Candy podría aparecer en el mercado, como producto real, a mediados de 2012, a un precio inferior a los 200 dólares.
Vía | The Verge
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